Termina el programa del lavavajillas, abres la puerta y notas el agua fría y la vajilla mojada. La pastilla se ha quedado medio entera en el compartimento y los vasos salen con restos. En muchos casos, este síntoma indica un problema en el relé de calentamiento del lavavajillas o en el triac de calentamiento, y no solo en la resistencia.

Antes de llamar al servicio técnico, conviene entender qué está pasando y qué puedes comprobar sin desmontar media cocina. Si sabes identificar un fallo de resistencia del lavavajillas o un fallo en el control electrónico, tendrás más claro qué explicación dar al técnico y evitarás reparaciones a ciegas.

En las siguientes líneas verás, con lenguaje sencillo, cómo se relacionan el relé, el triac y la resistencia con el calentamiento del agua. El objetivo es que reconozcas los síntomas típicos cuando el lavavajillas no calienta, sepas qué pieza podría fallar y qué pruebas básicas son razonables para un usuario doméstico.

No se trata de convertirte en técnico, sino de adquirir un criterio mínimo para decidir si tiene sentido intentar una comprobación sencilla o pasar directamente el relevo a un profesional. Así ahorrarás tiempo, reducirás riesgos y tendrás más control sobre la reparación de tu lavavajillas.

Por qué el lavavajillas no calienta y qué papel tiene el triac

Cuando un lavavajillas no calienta, el síntoma más claro suele ser que el programa termina con el interior frío. Abres la puerta y notas que no sale vapor, la vajilla está húmeda y mal secada, y muchas veces la pastilla de detergente aparece medio disuelta o pegada en el dispensador.

En muchos casos, este comportamiento está relacionado con un problema en el relé de calentamiento del lavavajillas o en el triac de calentamiento, que son los componentes electrónicos que dan la “orden” a la resistencia para que se ponga a calentar el agua.

Para entenderlo de forma sencilla, imagina la resistencia como una estufa eléctrica dentro del lavavajillas. Esa “estufa” solo se enciende cuando el módulo de control se lo indica. Esa indicación la ejecuta el relé (si es mecánico) o el triac (si es electrónico). Si ese pequeño “interruptor” interno falla, la resistencia nunca recibe corriente y el agua se queda fría durante todo el ciclo.

Un síntoma típico es que el aparato aparentemente funciona bien: entra agua, rocía, desagua, hace todo el ciclo… pero los programas salen fríos. La suciedad ligera puede salir, pero los restos de grasa se quedan pegados y los vasos no quedan del todo limpios. La pastilla, además, puede quedar a medio usar porque muchos detergentes necesitan temperatura para activarse bien.

Cuando hay un fallo en la resistencia del lavavajillas, los síntomas pueden ser muy parecidos. Por eso, antes de culpar solo al relé o al triac, conviene entender el conjunto: la resistencia, el relé/triac y el módulo trabajan como un equipo. Si cualquiera de esos elementos falla, el resultado final será el mismo: agua fría y lavado deficiente.

El relé de calentamiento es, a grandes rasgos, un pequeño interruptor controlado eléctricamente. Tiene una bobina interna que, al activarse, cierra un contacto y deja pasar la corriente hacia la resistencia. Suele ser un componente rectangular, de plástico, que “clickea” cuando se activa, y va montado en la placa electrónica o cerca de ella.

El triac de calentamiento, en cambio, es un componente electrónico de estado sólido. No tiene partes móviles ni hace clic. Actúa como una especie de “llave electrónica” que regula el paso de corriente alterna hacia la resistencia. Suele tener forma de pequeña cápsula con tres patillas metálicas, montada también en la placa de control del lavavajillas.

En un uso diario, todo esto se traduce en algo muy simple: seleccionas tu programa habitual, por ejemplo uno de 60 ºC, y esperas que al terminar haya calor dentro. Si el triac de calentamiento o el relé no activan la resistencia, el aparato hará el ciclo, pero el agua nunca llegará a esa temperatura. Lo notarás porque al abrir la puerta puedes tocar sin problema las paredes interiores de acero, que estarán frías o apenas templadas.

No obstante, no todo se reduce al relé o al triac. Otra causa muy habitual de que el lavavajillas no calienta es un defecto en la propia resistencia: se ha abierto el circuito interno, se ha quemado o presenta un fallo de aislamiento. En estos casos, aunque el relé funcione y envíe la orden, la resistencia no es capaz de transformar la energía eléctrica en calor.

También puede fallar la sonda NTC (sensor de temperatura). Esta pieza mide la temperatura del agua y envía información al módulo electrónico. Si la sonda “cree” que el agua ya está caliente cuando en realidad está fría, el módulo dejará de activar el relé o el triac, y tú tendrás la sensación de lavado en frío sin que realmente haya un problema en la resistencia.

Otra posibilidad es un problema de cableado o conectores. Vibraciones, humedad o pequeñas oxidaciones pueden provocar falsos contactos. Por ejemplo, un cable suelto entre la placa y la resistencia puede interrumpir la alimentación aunque los componentes electrónicos estén bien. El resultado, de nuevo, será ausencia de calentamiento, programas largos y vajilla mal secada.

En la práctica, el usuario suele notar una combinación de signos: programas fríos, vajilla mojada al final del ciclo, pastilla sin disolver del todo y, en algunos modelos, tiempo de programa que se alarga porque el equipo intenta alcanzar la temperatura sin conseguirlo. Estos indicios no siempre permiten distinguir a simple vista entre un fallo de resistencia del lavavajillas, un relé pegado o quemado, o un triac en cortocircuito, pero sí orientan hacia una avería en el sistema de calentamiento.

Por eso, antes de llamar al servicio técnico, es útil comprender que el calentamiento depende de varios elementos: fuente de alimentación, módulo, relé de calentamiento o triac de calentamiento, resistencia, sonda NTC y cableado. Entender esta relación te ayudará a describir mejor los síntomas y valorar si merece la pena intentar un diagnóstico básico o dejar directamente la revisión en manos de un profesional.

Herramientas básicas y seguridad antes del test rápido

Antes de abrir el lavavajillas para hacer un test rápido al relé o triac de calentamiento, necesitas dos cosas: un pequeño kit de herramientas básicas y unas normas de seguridad muy claras. Con este diagnóstico básico no vas a reparar el aparato por completo, pero sí podrás identificar si tiene sentido seguir investigando o llamar directamente al servicio técnico.

  • Desconexión total de la corriente. Antes de tocar un solo tornillo, desenchufa el lavavajillas y, si es posible, baja el magnetotérmico del circuito. Nunca trabajes con tensión. Espera unos minutos para que se descarguen posibles condensadores del módulo electrónico.
  • Multímetro o tester en buen estado. Un buen multímetro es imprescindible para cualquier diagnóstico básico: medir continuidad, resistencias y posibles cortocircuitos. Asegúrate de saber cambiar el rango de medida y de que las puntas estén bien aisladas y sin cables pelados.
  • Juego de destornilladores apropiado. Normalmente necesitarás destornilladores de estrella y planos, a veces tipo Torx. Usa siempre la punta adecuada para no dañar tornillos ni plásticos. Esto facilitará acceder al módulo sin romper pestañas ni provocar holguras en el zócalo.
  • Guantes aislantes y ropa adecuada. Aunque el lavavajillas esté desenchufado, es recomendable usar guantes finos aislantes para mejorar el agarre y evitar pequeños cortes con chapas o bordes. Evita mangas anchas o accesorios que puedan engancharse en el interior del aparato.
  • Linterna o luz frontal. El interior de la base del lavavajillas y la zona de la placa electrónica suelen estar poco iluminados. Una linterna pequeña o frontal te ayudará a ver conexiones, tornillos y cables sin forzar posturas ni cometer errores por falta de visibilidad.
  • Móvil para hacer fotos del desmontaje. Haz fotos a cada paso: posición de cables, conectores y tornillos. Estas imágenes serán tu “mapa” al volver a montar y también pueden servir para enseñar al técnico cómo estaba el equipo antes de cualquier manipulación.
  • Superficie seca y entorno seguro. Trabaja siempre con el suelo seco y el lavavajillas completamente libre de agua en la base. No manipules el aparato si hay humedad, fugas o restos de espuma; en ese caso, es mejor detenerse y llamar a un profesional.
  • Comprobación de carga eléctrica residual. Algunos módulos acumulan energía en condensadores. Aunque no es fácil descargarlos sin experiencia, al menos evita tocar directamente las pistas de la placa y los componentes grandes. Si dudas, limita tu intervención a la parte mecánica y visual.
  • Paciencia y organización de tornillos y tapas. Usa pequeños recipientes o bolsas para agrupar tornillos por zona. Anotar con un papel dónde iba cada cosa te ahorrará problemas al cerrar el lavavajillas y reducirá el riesgo de dejar conexiones flojas que luego puedan generar fallos eléctricos.
  • Conocer tus límites. Si te cuesta manejar el multímetro, no identificas bien los componentes o te da inseguridad la parte eléctrica, limita el test rápido a revisar visualmente el cableado y las conexiones accesibles. Forzar más allá de tus conocimientos puede ser peligroso y encarecer la reparación.

Con estas herramientas y precauciones tendrás una base segura para hacer un diagnóstico básico del sistema de calentamiento. Si en algún momento algo te resulta confuso, ves quemaduras en la placa o notas olor a quemado, lo más sensato es detenerte y dejar el resto del trabajo al servicio técnico autorizado.

Pasos para localizar el módulo y el relé o triac de calentamiento

Antes de hacer cualquier test rápido, necesitas localizar el módulo electrónico donde está el relé o triac de calentamiento. Seguir estos pasos te ayudará a orientarte sin perder piezas ni dañar la placa de control del lavavajillas.

  1. Desconecta el lavavajillas de la corriente. Saca el enchufe de la toma y, si es posible, baja el magnetotérmico del circuito. Nunca empieces a localizar el relé de calentamiento con el aparato conectado.
  2. Retira el zócalo o panel inferior frontal. Normalmente va sujeto con unos pocos tornillos visibles en la parte baja. Coloca los tornillos en un recipiente o en un papel marcado para no perderlos ni confundir su posición.
  3. Si el acceso es por un lateral, afloja los tornillos laterales del mueble. Desplaza el lavavajillas hacia fuera con cuidado, sin tirar de la manguera de agua ni del desagüe. Deja espacio suficiente para trabajar en la parte inferior y trasera.
  4. Localiza la tapa del módulo electrónico, normalmente una caja de plástico en la base o en un lateral inferior. Suele tener varios conectores de cables entrando en ella. Quita su tapa haciendo palanca suavemente con un destornillador, sin forzar las pestañas.
  5. Identifica la placa de control del lavavajillas. Es la placa de circuito impreso donde se conectan los mazos de cables. Antes de tocar nada, haz fotos con el móvil a los conectores, así podrás recordar después dónde va cada cable.
  6. Para localizar el relé calentamiento en la placa, busca un componente rectangular, de plástico, del tamaño aproximado de un dado grande o una caja de cerillas pequeña. Suele ir serigrafiado con texto y está cerca de las pistas que van hacia los cables de la resistencia o del calentador.
  7. Si el sistema usa triac en lugar de relé, busca un componente con tres patillas metálicas y cuerpo plano, a veces con una pequeña chapita de refrigeración. El triac de calentamiento suele estar próximo a un disipador o zona donde las pistas de la placa son más gruesas, ya que manejan potencia.
  8. Fíjate en la zona de potencia de la placa: pistas anchas y relés o triacs agrupados. El relé/triac del calentamiento suele compartir espacio con el del motor o la bomba, pero se distingue porque sus pistas van hacia el conector que alimenta la resistencia del lavavajillas o el bloque calentador.
  9. Revisa el estado visual del relé o triac. Comprueba si hay zonas quemadas, plástico deformado, manchas oscuras o pistas chamuscadas alrededor. Estos signos pueden indicar un fallo claro y te servirán para explicar mejor el problema al servicio técnico.
  10. Antes de cerrar, anota referencias y colores de los cables asociados al calentamiento. Si vas a seguir con mediciones, las fotos y notas te ayudarán a no equivocarte al montar de nuevo el módulo electrónico y a evitar errores costosos.

Una vez que tengas controlada la ubicación de la placa de control del lavavajillas y hayas logrado localizar el relé calentamiento o el triac correspondiente, estarás listo para pasar al diagnóstico básico con el multímetro. Mantén siempre el orden, guarda tornillos y tapas, y no fuerces ningún plástico para que el montaje posterior sea sencillo y seguro.

Cómo hacer el test rápido del relé o triac con un multímetro

Antes de hacer cualquier test rápido del relé de calentamiento o del triac, el lavavajillas debe estar totalmente desconectado de la red eléctrica. Quita el enchufe de la toma y, si has estado trabajando con el aparato hace poco, espera unos minutos para que se descarguen posibles condensadores del módulo electrónico. Solo después de esto deberías empezar a medir con el multímetro.

Una vez localizado el módulo y el componente de potencia, conviene entender qué estás comprobando. El relé mecánico de calentamiento es como un interruptor controlado por la placa: cuando se activa, cierra el paso de corriente hacia la resistencia. El triac de calentamiento hace algo parecido, pero es un componente electrónico de estado sólido, sin piezas móviles, que regula el paso de corriente alterna.

Para un relé mecánico, el test rápido se basa en dos ideas sencillas. Por un lado, comprobar la continuidad de los contactos de potencia. Por otro, verificar que la bobina interna no está abierta ni en cortocircuito. Estos pasos no garantizan al 100 % su buen estado, pero ayudan a descartar averías claras cuando el lavavajillas no calienta.

Empieza identificando en la carcasa del relé cuáles son los terminales de la bobina y cuáles son los de los contactos de salida hacia la resistencia. A veces vienen serigrafiados con un pequeño esquema. Si no lo tienes claro, es mejor no improvisar y dejar el diagnóstico a un técnico.

Con el aparato desconectado, retira el relé de la placa de control del lavavajillas si es posible. Así evitas que otras pistas o componentes alteren las mediciones. Configura el multímetro en modo ohmios (resistencia). Coloca las puntas en los terminales de la bobina y anota el valor aproximado.

En muchos relés de lavavajillas, la bobina suele medir desde unas pocas centenas de ohmios hasta unos pocos kiloohmios (por ejemplo, entre 200 Ω y 5 kΩ, según el modelo y la tensión de trabajo). Si el multímetro marca OL (circuito abierto) o una resistencia extremadamente alta que no se estabiliza, es una señal de que la bobina puede estar cortada. Si, por el contrario, marca prácticamente 0 Ω, es posible que la bobina esté en cortocircuito. En ambos casos, el relé está sospechosamente dañado.

Después, cambia las puntas a los contactos de potencia (normalmente marcados como COM, NO o NC). Con el relé suelto y sin tensión, el contacto normalmente abierto (NO) debería medir circuito abierto respecto a COM. Si el multímetro marca continuidad (casi 0 Ω) entre COM y NO sin que el relé esté activado, el contacto podría estar pegado y provocar un problema en la resistencia por calentamiento continuo o descontrolado.

La parte complicada de un relé es comprobar cómo actúa la bobina cuando se energiza, porque eso implica aplicar tensión a la bobina y es una operación que, en casa, no se recomienda si no tienes experiencia. Como test rápido doméstico, lo más razonable es quedarse en los pasos anteriores: medir la bobina y comprobar que los contactos no están pegados ni en cortocircuito.

Con el triac de calentamiento la estrategia cambia. Este componente suele tener tres terminales (MT1, MT2 y puerta o gate) y su fallo típico en lavavajillas es quedarse en cortocircuito entre los terminales principales. Eso hace que la resistencia pueda quedar siempre alimentada o, por el contrario, que no llegue tensión cuando la placa lo ordena.

Para comprobar un triac de lavavajillas de forma básica, lo ideal es también retirarlo de la placa o, al menos, desoldar un terminal para aislarlo del resto del circuito. Configura el multímetro primero en modo continuidad o resistencia baja. Coloca una punta en un terminal principal (MT1) y la otra en el otro principal (MT2).

En un triac sano, sin activar la puerta, no debería haber continuidad directa entre MT1 y MT2. El multímetro suele mostrar una resistencia muy alta o el símbolo de circuito abierto. Si, en cambio, marca casi 0 Ω o pita como si hubiera un cable directo entre ambos, es una señal clara de cortocircuito interno y el triac debe considerarse averiado.

Como paso adicional, puedes pasar el multímetro a modo diodo. Algunos técnicos aficionados comprueban si aparece una pequeña caída de tensión entre puerta y uno de los terminales principales (dependiendo del modelo). Los valores pueden variar, pero lo importante es detectar comportamientos extremos: caída de tensión 0 casi perfecta (cortocircuito) o lectura completamente inestable que no se repite entre mediciones similares.

Si al hacer este test rápido del triac ves que el componente se comporta como un cable entre sus terminales principales, lo más prudente es sustituirlo o dejar la intervención en manos de un servicio profesional. Mantener un triac en cortocircuito puede causar que el lavavajillas no pare de calentar o que salten los magnetotérmicos.

En cualquier caso, tanto en el relé como en el triac, recuerda que un resultado aparentemente “correcto” en el multímetro no garantiza al 100 % que el componente esté perfecto. Hay fallos intermitentes, problemas de aislamiento bajo tensión o defectos que solo se manifiestan con el lavavajillas trabajando a plena carga. Por eso, este test rápido relé calentamiento y las pruebas básicas de triac deben considerarse solo un diagnóstico orientativo.

Si, tras estas verificaciones, el lavavajillas no calienta, la pastilla sale entera o el ciclo se alarga mucho, la avería podría estar en otro punto: problema en la resistencia (abierta o en cortocircuito a masa), fallo en la sonda de temperatura, cables quemados o incluso en la propia placa de control. Un usuario doméstico puede detectar indicios, pero no siempre puede aislar la causa exacta con herramientas básicas.

Por eso, lo más sensato es utilizar el multímetro para un diagnóstico básico, tomar nota de los valores que has medido y de lo que has observado, y después trasladar esa información al técnico. El servicio técnico profesional cuenta con esquemas, instrumentos más precisos y experiencia específica en electrónica de lavavajillas, lo que permite confirmar si el fallo está en el relé, en el triac, en la resistencia o en otro punto del circuito de calentamiento.

usar el multímetro para comprobar un relé o comprobar triac lavavajillas es útil para descartar daños evidentes, pero no sustituye una revisión completa. Si en algún momento dudas de lo que estás midiendo, ves marcas de quemado en la placa o notas olor a chamuscado, lo más seguro es dejar de manipular y solicitar ayuda especializada antes de que el daño sea mayor.

Síntomas típicos de fallo en relé, triac o resistencia de calentamiento

Cuando el lavavajillas no calienta, muchos síntomas se repiten: agua fría, vasos con grasa o pastilla mal disuelta. Aun así, hay pequeños detalles que permiten intuir si el problema viene del relé, del triac, de la resistencia o incluso de la sonda o el cableado.

La siguiente comparativa no sustituye un diagnóstico profesional, pero te ayuda a describir mejor lo que ocurre. Así será más fácil explicar la avería cuando llames al servicio técnico y decidir si merece la pena hacer un test básico antes.

Síntoma Posible causa principal Nivel de riesgo Recomendación
Lavavajillas no calienta, los ciclos se completan pero los platos salen fríos y grasientos. Fallo intermitente o permanente en relé de calentamiento o en triac de calentamiento. También posible fallo resistencia lavavajillas. Medio. No suele ser peligroso, pero puede empeorar y afectar a la placa. Hacer un test rápido de resistencia y revisar visualmente la placa de control lavavajillas. Si no se ve nada claro, llamar al servicio técnico.
Ciclo se alarga mucho, la máquina parece “pensar” y algunos programas no terminan. Lecturas erróneas de sonda NTC o problema en el módulo que controla el triac. También posible conexión defectuosa en el cableado hacia la resistencia. Medio/alto. El módulo puede estar trabajando fuera de parámetros de diseño. Revisar conexiones accesibles (fichas, clemas) con el lavavajillas desconectado. No manipular la electrónica sin experiencia: mejor diagnóstico básico visual y después SAT.
Pastilla de detergente no se disuelve y queda entera en el cajetín o en el filtro. Falta de temperatura por resistencia abierta o quemada. También posible relé pegado que nunca cierra el circuito de calentamiento. Medio. No suele suponer riesgo eléctrico inmediato, pero inutiliza el lavado. Comprobar con multímetro la resistencia (si se sabe acceder con seguridad). Si no hay continuidad, no insistir: sustituir la pieza a través de un técnico.
Se oye el lavado pero al abrir a mitad de ciclo el agua está claramente fría. Relé o triac no activan la resistencia. Posible pista quemada en el módulo electrónico o soldadura agrietada. Alto si se aprecian zonas quemadas, chispazos previos o olor a quemado. No seguir usando el aparato. Abrir solo la tapa inferior para una revisión visual y, si hay marcas de quemado, desconectar y avisar al SAT sin intentar reparar la placa en casa.
El lavavajillas intenta arrancar, salta el diferencial o magnetotérmico al poco tiempo. Posible cortocircuito en resistencia, triac perforado o aislamiento dañado en el cableado de calentamiento. Muy alto. Puede haber contacto a masa o derivación peligrosa. No intentar más arranques ni hacer pruebas improvisadas. Desconectar el enchufe y llamar directamente al servicio técnico para una revisión completa.
La vajilla sale húmeda y fría, pero aparentemente limpia, sobre todo en programas cortos. Calentamiento que funciona a ratos: relé fatigado, triac inestable o sonda NTC con lecturas imprecisas que detienen el calentamiento antes de tiempo. Bajo/medio. En general no es peligroso, pero indica que el fallo puede ir a más. Tomar nota del programa usado, tiempo real del ciclo y frecuencia del problema. Comentar estos detalles al técnico para acotar si el fallo está en control (relé/triac) o en sensores.

Utiliza esta tabla como guía rápida para relacionar síntomas concretos con una posible zona del lavavajillas: relé, triac, resistencia, sonda o cableado. No se trata de que identifiques el componente exacto, sino de que tengas una idea aproximada de dónde puede estar el problema.

Cuando hables con el servicio técnico, describe con detalle si el lavavajillas no calienta, si el ciclo se alarga, si salta el diferencial o si solo notas la vajilla tibia. Esa información, junto con la observación de ruidos, olores y luces de aviso, permite al profesional preparar repuestos, planificar el diagnóstico y resolver la avería en menos tiempo.

Errores frecuentes al comprobar el calentamiento del lavavajillas

Al intentar hacer un diagnóstico lavavajillas por tu cuenta es fácil cometer pequeños fallos que complican la avería. Conocer estos errores frecuentes te ayuda a comprobar calentamiento, relé o triac con más seguridad, evitando daños en la placa, en la resistencia o, peor aún, un susto eléctrico.

  • Error frecuente: medir con el lavavajillas enchufado. Es uno de los mayores riesgos y un claro no hacer. Intentar comprobar tensión o continuidad en el circuito de calentamiento con el aparato conectado puede provocar cortocircuitos, dañar el módulo electrónico o producir descargas peligrosas para ti.
  • Error frecuente: confundir componentes en la placa de control. Muchos usuarios no distinguen entre relé, triac, resistencias o varistores y terminan tocando donde no deben. Esto complica el diagnóstico lavavajillas porque se puede dañar un componente sano o marcar la placa con soldaduras y cortes innecesarios.
  • Error frecuente: interpretar mal el multímetro. Colocar el selector en la escala equivocada (ohmios en vez de voltios, o al revés) da lecturas sin sentido. Esto lleva a pensar que el relé, el triac o la resistencia están mal cuando en realidad el problema en la resistencia no existe, y la avería está en otro punto del circuito.
  • Error frecuente: comprobar continuidad sin desconectar cables. Medir la resistencia o el triac con todo el cableado conectado a la placa de control lavavajillas mezcla rutas eléctricas. Así pueden aparecer falsos positivos de continuidad que confunden el diagnóstico básico y te hacen cambiar piezas que realmente funcionan.
  • Error frecuente: dañar pistas o soldaduras al manipular. Al intentar cambiar un relé o revisar un triac, algunos usuarios hacen palanca con destornilladores o aplican demasiado calor al soldar. El resultado suele ser una pista levantada o una isla de soldadura rota, que crea un nuevo fallo en el módulo, a veces más caro que la avería inicial.
  • Error frecuente: forzar conectores y pestañas de plástico. Al desmontar el lavavajillas para comprobar calentamiento, es habitual tirar del mazo de cables o doblar conectores de forma brusca. Esto puede partir pestañas, provocar falsos contactos o incluso romper el alojamiento del módulo en la carcasa.
  • Error frecuente: tocar la placa con las manos húmedas o cargadas de estática. La humedad aumenta el riesgo de cortocircuitos y la electricidad estática puede dañar componentes electrónicos sensibles. Es mejor trabajar con las manos secas, sin joyas metálicas y, si es posible, descargarse tocando una superficie metálica conectada a tierra antes de manipular el módulo.
  • Error frecuente: no seguir un orden en el diagnóstico. Empezar directamente por el relé o triac sin comprobar antes la resistencia, la sonda de temperatura o el cableado puede hacerte perder tiempo y dinero. Un buen diagnóstico lavavajillas empieza por revisar lo más sencillo y visible, y solo después pasa a la electrónica de control.
  • Error frecuente: asumir que todo fallo de calentamiento es del módulo. Que el lavavajillas no caliente no significa siempre que el relé de calentamiento o el triac estén mal. Muchas veces se trata de un fallo resistencia lavavajillas, un termostato abierto o una sonda defectuosa, por lo que cambiar la placa sin pruebas claras suele ser un gasto innecesario.
  • Error frecuente: insistir cuando algo huele a quemado o se ven zonas chamuscadas. Si al abrir el módulo detectas olor fuerte a quemado, pistas negras o plástico derretido, lo más prudente es detenerse. Seguir intentando reparar sin medios ni experiencia puede agravar la avería e incluso dejar el aparato en situación insegura.

Si al intentar comprobar calentamiento o revisar relé y triac te reconoces en alguno de estos errores frecuentes, lo más sensato es parar y pedir ayuda. Un servicio técnico cualificado podrá retomar el diagnóstico con herramientas adecuadas, verificar toda la cadena de calentamiento y ofrecer una reparación segura y duradera.

Cuándo hacer el test en casa y cuándo llamar al servicio técnico

Seguridad eléctrica primero

Un test rápido casero tiene sentido solo cuando buscas un diagnóstico básico, no cuando quieres reparar a cualquier precio. Si tu lavavajillas no calienta pero funciona “normal” (no salta el diferencial, no huele a quemado y el panel enciende sin problemas), puedes valorar una revisión visual y alguna medición sencilla con multímetro.

En este escenario, lo más prudente es limitarte a comprobar conectores, signos evidentes de quemaduras, sulfataciones o cables sueltos. También puedes hacer una foto de la placa de control del lavavajillas antes de tocar nada y marcar con cinta la posición de los conectores. Así reduces el riesgo de errores al volver a montar.

Si tienes algo de práctica con herramientas, un entorno seco y el lavavajillas está completamente desenchufado, es razonable realizar un test rápido de continuidad básica en la resistencia o en el relé, sin forzar la placa ni rascar pistas. Siempre sin prisa, siguiendo pasos claros y sin inventar atajos.

Aun así, conviene recordar que manipular la placa sin conocimientos puede anular garantías o empeorar la avería. Si el aparato está en garantía o sospechas que el módulo electrónico es complejo, es mejor limitarte a recopilar información y dejar la intervención a un profesional.

Cuándo dejar de hacer pruebas y llamar al técnico

Hay situaciones en las que no merece la pena seguir con el bricolaje. Si al poner un programa saltan los plomos, percibes olor a quemado o ves claramente pistas chamuscadas en el módulo, lo más seguro es parar de inmediato y no volver a encender el lavavajillas.

También es recomendable acudir directamente a un servicio técnico cuando el lavavajillas muestra códigos de error relacionados con calentamiento, el módulo lleva muchos componentes SMD o se aprecia daño en varias zonas de la placa. En estos casos, un intento de reparación casera puede romper más elementos y encarecer la solución.

Antes de llamar al SAT, anota con detalle los síntomas: si el lavavajillas no calienta nada, si el ciclo se alarga más de lo normal, si la pastilla queda entera o si algunos programas sí calientan y otros no. Cuantos más datos aportes, más rápido será el diagnóstico profesional.

También ayuda hacer fotos del interior, de la zona del módulo electrónico y, si tu modelo lo permite, de los mensajes del display o de las luces que parpadean. Guardar estos detalles facilita explicar el problema por teléfono o en la visita del técnico, y le orienta sobre si el origen probable está en el relé, el triac, la resistencia o en otro elemento del sistema de calentamiento.

el test en casa debe centrarse en observar, documentar y realizar comprobaciones muy sencillas y seguras. Cuando detectes signos de daño eléctrico, no entiendas bien lo que ves en la placa o dudes al interpretar el multímetro, lo más sensato es detenerse y recurrir a un profesional que garantice una reparación segura y duradera.

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